Los virus del dengue y el zika, transmitidos por mosquitos del género Aedes, no solo afectan la salud de las personas a través de síntomas como fiebre, erupciones y dolor en las articulaciones, sino que también pueden tener un impacto sorprendente en el olor corporal. Investigaciones recientes sugieren que estos virus pueden modificar el olor de la piel humana, haciéndola más atractiva para los mosquitos.
Cuando una persona está infectada con dengue o zika, su cuerpo experimenta una serie de cambios químicos. Estos cambios pueden afectar las feromonas y otros compuestos volátiles que el cuerpo emite. Como resultado, el olor corporal de una persona infectada puede volverse más dulce o diferente en comparación con el de una persona sana, lo que puede atraer a los mosquitos.
Estos insectos son extremadamente sensibles a los olores y utilizan su agudo sentido del olfato para localizar a sus huéspedes. Los mosquitos Aedes, que son los principales vectores del dengue y el zika, pueden detectar estos cambios en el olor corporal y sentirse atraídos hacia las personas infectadas, aumentando así la transmisión de estos virus.
Para reducir el riesgo de infección y la exposición a los mosquitos, es crucial usar repelentes, vestir ropa de colores claros y evitar áreas con alta densidad de mosquitos. Además, mantener el entorno libre de criaderos de mosquitos, como charcas de agua estancada, puede ayudar a minimizar el riesgo de infección.
En resumen, la interacción entre los virus del dengue y el zika y los mosquitos es compleja y aún está en estudio, pero es claro que el olor corporal puede jugar un papel significativo en la propagación de estos virus.